Formalmente, Oil Combustibles, la petrolera de Cristóbal López, entró en el llamado proceso de salvataje. Pero, al decir de quienes están cerca del expediente, es un paso más que lo acerca a la quiebra. El juez comercial Javier Cosentino abrió el llamado cramdown, un período obligatorio que establece la ley de quiebras, en el cual se pueden presentar terceros interesados en quedarse con la compañía.

Sin embargo, esta ayuda procesal no es tal en el caso de la petrolera. El magistrado, a pedido de los interventores, pidió que quien se presente cumpla decenas de requisitos para impedir que algún aventurero intente quedarse con Oil sin tener interés y capital suficiente. Dicho de otra forma, para poder levantar la mano en el remate hay que acreditar, por ejemplo, tener el dinero suficiente para pagar las deudas y todas las licencias como para operar una petrolera.

El cramdown establece que si hay interesados se inician plazos para conocer los números de la empresa en concurso y redondear los términos de una oferta. Sin embargo, después de cuatro meses podría retirarse. Pero dadas las condiciones de Oil, que no tiene capital de trabajo ni ingresos, pero sí gastos, ese tiempo podría ser determinante para la continuidad o no. Ahora se verá si efectivamente alguien tiene genuino interés y dinero suficiente para quedarse con los activos de la nave insignia del Grupo Indalo. Si en los próximos siete días esto no sucede, lo que viene es la quiebra.

El proceso comercial de la petrolera tuvo, en los últimos meses, una aceleración. Cosentino se hizo cargo del concurso a principios de este año. Lo que vino después fue pedir los concursos de otras sociedades que habían sido presentados por Indalo en distintos juzgados. Pequeñas trampas procesales para ganar tiempo para que no sea tomado como un grupo económico. Luego llegó la intervención de la empresa, primero con veedores y después con interventores.

Los primeros informes expusieron la situación de la empresa. Entonces se apuraron los plazos que la ley otorga y la propia Oil renunció a ese tiempo. Finalmente, la AFIP consideró que correspondería la quiebra.